La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica causada por la
destrucción por el propio sistema inmune de las células beta de los islotes
pancreáticos, esto es, de las células responsables de la producción de
insulina. En consecuencia, y dado la insulina es la hormona responsable de que
las células capten la glucosa de la sangre para producir energía, el torrente
sanguíneo acaba portando un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en
múltiples órganos del cuerpo. Por tanto, la clave para curar la enfermedad
parece estar en lograr que el organismo ‘fabrique’ más células productoras de
insulina. Un objetivo perseguido por infinidad de investigaciones desarrolladas
en los últimos años, principalmente centradas en la creación de células beta
pancreáticas a partir de células madre. Sin embargo, y como muestra un nuevo
estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación de
Medicina Molecular de la Academia Austríaca de Ciencias en Viena (Austria), es
posible que ya contemos un medicamento para producir las ansiadas células
productoras de insulina: la artemisina, utilizada desde hace décadas para
tratar la malaria o ‘paludismo’.
Los islotes pancreáticos o islotes de Langerhans constituyen el centro de operaciones del organismo para la regulación de los
niveles de glucosa en sangre. Y para ello, contienen al menos cinco tipos de
células especializadas entre las que destacan las células beta productoras de
insulina y las células alfa productoras de glucagón, hormona con un efecto
contrario al de la insulina, es decir, que eleva los niveles de glucosa en
sangre. Sin embargo, la cantidad de células alfa y beta en los islotes es
flexible, y estudios previos han demostrado que las células alfa pueden
transformarse en beta cuando la pérdida de estas últimas es excesiva. Y
exactamente, ¿cómo se lleva a cabo esta transformación? Pues parece que hay un
gen denominado ‘Arx’ que se encuentra en el meollo de todo este cambio.
Como refiere Stefan Kubicek, ‘Arx’ regula muchos genes
cruciales para el funcionamiento de las células alfa. Y como muestra nuestro
estudio, la inactivación de ‘Arx’ da lugar a la transformación de células alfa
en células beta.
Bibliografía